24 de julio de 2023. Vamos a Grecia!!
Llegamos a Igoumenitsa a las 7 de la mañana hora local. Salimos del barco y desayunamos en el mismo puerto.
De ahí cogemos ruta hacia Meteora, que nos pilla de camino a Turquía y es un lugar único que no nos podemos perder, así que decidimos hacer una parada en el camino y visitar la zona. Meteora Monasteries: monasterios suspendidos en el aire.
En medio de una zona montañosa se alzan estos impresionantes pináculos de piedra que los monjes eligieron para erigir sus monasterios en el siglo XIV. Es roca de arenisca y conglomerado, moldeada por el viento y la lluvia a unas formas redondeadas que nos recuerdan a uno de esos sitios que nos han marcado el corazón: Spizkope, en Namibia. Llegó a haber más de 30 monasterios sobre las rocas, pero fueron destruidos en su mayoría durante la segunda guerra mundial y ahora solo quedan 6 reconstruidos y en perfecto estado de conservación. La verdad que impresiona pensar como fueron capaces de realizar semejantes construcciones en lo más alto de estos picachos rocosos…
No paramos a visitar ningún monasterio por dentro
porque hay mucha gente y no dejan entrar a la perra y hace demasiado calor para
dejarla en el coche. Yo estuve hace años invitada por un compañero griego y recuerdo como espectacular el exterior,
pero no especialmente el interior…
Comemos en un restaurante en el pueblo un Pastiche (pastelón con carne picada y macarrones con besamel) y un “imani”, no recordamos bien el nombre, que era una berenjena rellana de verduras que estaba muy rica. De postre el yogurt griego con miel nos deja un poco desencantadas, ya que más que yogurt es queso fresco muy espeso que empacha mucho y no tiene un gran sabor.
De ahí ya cogemos ruta porque queremos avanzar
para llegar lo más cerca posible de Turquía. Las autopistas griegas son muy
buenas y no excesivamente caras, lo único malo es que te paran cada pocos
kilómetros para cobrarte 1 o 2 euros y en todas ellas se sigue haciendo el cobro manual, así que es ingente la mano de obra que emplean!!
Decimos parar pasado Xanthi, y para dormir
buscamos un lugar en la costa muy bien valorado por los viajeros de la aplicación que usamos y como de costumbre, no se equivocan!! 500 m de camino de tierra te llevan al
aparcamiento de una pequeña ermita construida en una pequeña península rocosa.
Cuando llegamos hay varios coches, entre ellos el de una pareja de novios
haciéndose un estupendo reportaje fotográfico al atardecer en el que usan hasta
un dron para hacer buenas fotos. El padrino de los novios habla un poquito de español
y se acerca a saludar. Acabamos entablando una larga conversación con él en
inglés porque vive en Toronto, Canadá, y ha vuelto a Grecia para la boda. Allí
trabaja con mejicanos y por eso sabe un poco de español. Otra pareja se acerca
también a saludar y a preguntarnos por nuestro viaje. La gente es realmente
sociable y encantadora. Nosotras que estábamos con miedo de molestar y resulta
que están encantados de tenernos aquí.
Al caer la noche se va todo el mundo y quedamos solas en este lugar paradisíaco. Aunque al rato viene otra pareja para encender velas a la virgen en la ermita.
La noche es tranquila y fresca, con la brisa del
mar y el arrullo de las olas meciendo nuestros sueños.
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