4 de agosto 2023. En el fresco norte a la orilla del Mar Negro!

 

Nos levantamos muy tranquilamente y aprovechamos que todo el mundo se ha ido y que tenemos abundantes fuentes, para lavar ropa y arreglarnos nosotras y la furgo. Pasamos una mañana súper agradable, porque además hace una temperatura estupenda. Según transcurre el día, poco a poco va llegando gente, la verdad que es alucinante cómo les gusta a los turcos la vida de campo. Nos recuerda mucho a lo que hacíamos nosotras cuando éramos pequeñas y nos íbamos con la familia a pasar el día al campo y hacer una paella o una torrada de chuletas…  hemos perdido las buenas costumbres!!!

Antes de irnos del lugar, nos vamos a dar un paseo por el camino que bordea el lago. A las 11, muy relajadas, nos vamos camino Sinope, la primera ciudad que visitaremos en la costa del Mar Negro.



Lo primero que nos vamos a dar cuenta es que aquí no funcionan las aplicaciones que usamos para viajar… ni park4nignt, ni Tripadvisor, ni Wikilok… El turismo en esta zona es turismo local o árabes de otros países, de modo que NADIE habla una palabra de inglés y nos tenemos que buscar la vida para encontrar sitios para dormir o lugares para comer… Afortunadamente, ambas cosas son sencillas; se puede acampar en cualquier lugar con total libertad y una gran sensación de seguridad y hay bastantes bares y restaurantes en toda la costa donde comer.

Llegamos a Sinope a la hora de comer, aparcamos y vamos a un restaurante a comer la comida típica de la ciudad: EL MANTI. Es un plato de pasta rellena con una salsa de avellanas y ajo o bien con una de yogurt con salsa un poco picante. Elegimos tomar una que lleva los dos tipos de salsa para probarlas y además pedimos una especie de empanada de carne que no nos dijo nada en especial. La pasta muy rica.




Después nos dimos un agradable paseo por la ciudad, que es una península bastante grande que está unida con tierra firme por un estrecho istmo. Es en esta zona donde se encuentra la zona comercial y la antigua prisión que según la guía, merece la pena visitar. La calle comercial tiene mucha vidilla y nos sirve para imbuirnos del ambiente local. Es una ciudad abierta y encontramos todo tipo de gentes, aunque predominan las mujeres musulmanas con hijab. Sentimos que llamamos mucho la atención, no sabemos si por nuestros pantalones cortos (aunque vemos alguna mujer más llevándolos), por nuestro pelo corto (de esto si que hay muy poco) o por la perra atada (prácticamente nadie tiene perro propio). 



Vamos a ver la prisión, aunque no tiene nada en particular y sufrimos con la cantidad de perros que hay en la zona…  Finalmente, caminamos un rato por el paseo marítimo y nos tomamos 2 cays (tés) mientras observamos el deambular de la gente. Al té en los restaurantes, normalmente, te invitan, pero si te lo tomas en un bar no te cuesta más de 10TL, 30 cents de euro.

Para visitar el resto de la ciudad lo hacemos con el coche. La península es muy grande y la ciudad se extiende por toda ella. Toda la zona costera está llena de hoteles y restaurantes y hay trocitos de playa de tanto en tanto. La más famosa es la playa negra (KARAKUM), por su arena de este color, pero no tiene nada de particular..  



Decidimos partir para buscar algún sitio para dormir. El park4night marca un lugar cerca del mar con muy buena pinta, así que decidimos aprovecharlo y vamos para allá. De nuevo el navegador nos hace de las suyas y nos lleva en dirección contraria a 30 minutos del lugar elegido…. Qué mal va Google maps en Turquía!!! Por fin localizamos el punto que marca la aplicación y nos encontramos allí un camión caravana muy chulo. Pensamos que sería extranjero, pero eran turcos. Ellos no están, pero han dejado a una perra que protege el lugar… Se acerca amistosa moviendo la cola, y nos saluda simpática, así que confiamos en que será buena. Bajamos a Hiru y la primera reacción es ignorarse… esto nos tenía que haber alertado.. A los pocos minutos nos descuidamos y la perra ataca a Hiru, sin previo aviso, pegándole un buen tarisco… Menos mal que la deja pronto y hace caso a nuestras advertencias y se aleja un poco… Rápidamente subimos a la perra al coche y nos alejamos de ahí muy cabreadas y dolidas. Los dueños del camión están bañándose en la playa y ni se acercan... 

Decidimos seguir por el camino de grava y paramos unos kilómetros más adelante, en un lugar absolutamente idílico, aunque nuestro ánimo no nos permita disfrutarlo como merece...






Hiru lleva un comillazo, pero afortunadamente no le ha hecho mucho. Gemma la cura y de damos un buen hueso de jamón de recompensa… la pobre está acojonada y ya con razón… vaya viajecito que llevamos con ella!!

El sueño lo mecen los cantos de los muaidines...En cada pequeño rincón hay una mezquita en este país, no hay posibilidad de librarte del canto de los muaidines ni en el lugar más remoto… como es el caso de este enclave, en medio de la naturaleza y alejados de cualquier población, pero con una mezquita lo suficientemente cerca para que se oigan sus cantos…  Nos sorprende oír unos fuertes aullidos en respuesta a los cánticos, luego descubriríamos que se trata de la multitud de coyotes que pueblan la zona y que nos acompañan con sus aullidos toda la noche…

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